TOMADO DE EL IMPARCIAL
MÉXICO.— En un reciente anuncio que ha generado diversas opiniones, el presidente Donald Trump reveló que Coca-Cola Company acordó producir Coca-Cola con azúcar de caña en lugar de jarabe de maíz en Estados Unidos, como ya se hace en México. Aunque este cambio podría sonar positivo para muchos, algunos empresarios y consumidores se muestran escépticos sobre si el sabor de la versión mexicana podrá replicarse en territorio estadounidense.
Desde 2005, Coca-Cola ha importado su versión mexicana a Estados Unidos, especialmente a Texas, para luego expandir su distribución a otras áreas del país. Según un artículo de The New York Times, la “MexiCoke”, como se le conoce popularmente, ha sido muy bien recibida en barrios con gran población hispana y ha ganado seguidores en internet. La Coca-Cola mexicana sabe mejor” fue el título de un reciente hilo de Reddit.
En lugares como Tahona Mercado, en San Francisco, los consumidores están dispuestos a pagar hasta 3.50 dólares por una botella de 355 ml de Coca-Cola mexicana, lo que representa un precio mucho más alto que la versión estadounidense. Steven Sadri, copropietario de este mercado, destaca que para muchos de sus clientes, la Coca-Cola mexicana es una alternativa al alcohol para consentirse entre semana.
Preocupaciones sobre el cambio en la producción en Estados Unidos
Ivan Vásquez, dueño de cuatro restaurantes mexicanos en el sur de California, expresa dudas sobre si el sabor de la Coca-Cola fabricada en Estados Unidos podrá reproducir la esencia de la versión mexicana. “Se acercará, pero siempre echarás de menos ese sabor”, asegura Vasquez, quien también señala que, al igual que los tacos de California no saben igual que los de Tijuana, es probable que el sabor de la Coca-Cola no sea el mismo.
El cambio propuesto por Coca-Cola podría tener repercusiones en pequeñas empresas como la de Steven Sadri, quien indica que, si la Coca-Cola estadounidense comienza a fabricarse con azúcar de caña, su mercado para la “MexiCoke” podría desaparecer. La gran corporación obtiene otra victoria y la pequeña empresa otra pérdida”, lamenta Sadri.
Aunque la transición a azúcar de caña podría ser vista como un paso positivo, hay quienes se muestran preocupados por los efectos que Coca-Cola sigue teniendo en la salud pública, especialmente en México. Memo Torres, escritor gastronómico, menciona que muchas taquerías de Los Ángeles podrían no adoptar la nueva versión de Coca-Cola, asociando el cambio con la administración de Trump y las políticas migratorias.
El futuro de la “MexiCoke” en Estados Unidos parece incierto, especialmente si Coca-Cola comienza a producir su bebida con azúcar de caña en el país. Como señala Vásquez, aunque el sabor se acerque, siempre quedará la duda de si logrará replicarse el sabor auténtico que caracteriza a la versión mexicana.
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