Ciudad de México. La presión de aficionados y organizaciones en distintos países llevó a la FIFA a modificar su política de precios rumbo a la Copa del Mundo 2026. El organismo rector del futbol anunció la habilitación de una categoría de entradas más accesible, con un costo de 60 dólares (mil 77 pesos), dirigida exclusivamente a seguidores de las selecciones que participarán en el torneo.
La medida llega después de una etapa de comercialización marcada por señalamientos al presidente Gianni Infantino, debido a los montos elevados que alcanzaron los boletos, especialmente en un Mundial histórico que se jugará en México, Estados Unidos y Canadá, con 48 equipos y 104 encuentros. La nueva opción corresponde a localidades de “grada básica” y estará disponible para todos los partidos, muy lejos de los precios más altos que, por ejemplo, llegaron a fijarse para la final.
El ajuste se dio tras la tercera fase de venta, la primera posterior al sorteo de la fase de grupos, en la que la FIFA reportó alrededor de 20 millones de solicitudes en su plataforma oficial. La estrategia inicial, basada en precios dinámicos, llevó a que las entradas alcanzaran cifras sin precedentes en la historia de los Mundiales. De acuerdo con organizaciones de aficionados europeos, seguir a una selección desde su debut hasta el partido por el título implicaba un gasto mínimo cercano a los 6 mil 900 dólares, muy por encima de lo que representó Qatar 2022.
A la par, el mercado de reventa disparó aún más los costos, con casos en los que algunas localidades llegaron a ofrecerse por montos millonarios en pesos, lo que encendió aún más el descontento entre los aficionados.
Con el nuevo esquema, la FIFA apartó una porción de los boletos de menor precio para cada partido que se dispute en las tres sedes del Mundial. Estas entradas serán canalizadas a las federaciones nacionales de los equipos clasificados, que tendrán la responsabilidad de definir cómo se reparten y bajo qué criterios podrán solicitarlas los seguidores considerados más constantes, como aquellos con asistencia previa a juegos oficiales, ya sea de local o visitante.
De manera preliminar, se calcula que cada país dispondrá de entre 400 y 750 boletos en esta categoría por encuentro, mientras que el resto de los precios y tipos de localidades se mantendrán sin cambios.
Aunque la FIFA no detalló los motivos específicos del viraje en su política comercial, justificó la decisión al señalar que busca facilitar la presencia de los aficionados que acompañan a sus selecciones durante todo el certamen. Estas entradas guardan similitud con las de categoría 4 que se ofrecieron en fases iniciales al público en general, las cuales se agotaron rápidamente y representaron una fracción reducida del total, además de ubicarse en zonas altas y alejadas del terreno de juego.
La inconformidad se intensificó en días recientes, luego de que se difundieran planes de venta que dejaban fuera a las selecciones participantes de los boletos más económicos, pese a que, durante la candidatura del Mundial, los organizadores prometieron la existencia de cientos de miles de entradas de bajo costo.
