En una de las definiciones más tensas de la Fórmula 1 moderna, Lando Norris se proclamó campeón del mundo por primera vez en su carrera tras asegurar el tercer lugar en el Gran Premio de Abu Dabi, resultado que le permitió superar por apenas dos puntos a Max Verstappen en la clasificación final.
El británico de 26 años, quien se convierte en el undécimo piloto de su país en alcanzar la corona máxima del automovilismo, llegó a la última cita del año obligado a subir al podio. Y aunque la tarde comenzó cuesta arriba, salió victorioso de un fin de semana cargado de presión y maniobras al límite.
Norris partió desde la segunda posición, pero rápidamente cedió el lugar ante Oscar Piastri en la primera vuelta. A partir de ese momento, el piloto de McLaren tuvo que resistir ataques de Charles Leclerc y navegar múltiples duelos en la zona media, incluido un momento tenso con Yuki Tsunoda, sancionado posteriormente con cinco segundos por bloqueos indebidos.
“Sabía que lo que hice estaba bien, así que no tenía nada de qué preocuparme”, señaló el británico sobre la acción.
Tras la segunda parada en pits, Norris regresó a la pista en tercer lugar y mantuvo el ritmo necesario para asegurar el título, incluso cuando Leclerc acortó la distancia en los giros finales. El piloto de McLaren cruzó la meta con una ventaja de casi siete segundos sobre el monegasco y celebró de inmediato por la radio: “¡Sí, lo logramos! Han hecho historia, muchísimas gracias”.
La emoción estalló también en el garaje del equipo, donde su madre siguió el cierre casi sin poder mirar. Norris, aún con la voz quebrada, dedicó el campeonato a su familia, al equipo y a quienes lo han acompañado en estos nueve años dentro de McLaren. Reconoció, además, lo que ha aprendido de sus rivales directos:
“Quiero felicitar a Max y a Oscar. He aprendido mucho de ellos este año”.
El flamante campeón cerró la jornada consciente del camino recorrido: “Ha sido un largo viaje con McLaren… Poder devolverles algo después de tantos años me llena de orgullo”.




