Por Oralia Acosta G.
A más de cuatro años de la cancelación del Fondo Minero por parte del gobierno de la 4T, por presuntos malos manejos y corrupción, a la fecha no hay ningún funcionario inhabilitado ni en la cárcel por un mal ejercicio de este recurso, ni en Sonora ni en todo el país.
Lo que tampoco hay son obras de infraestructura que estaban proyectadas para llevarse a cabo con ese recurso en los municipios beneficiarios de esta bolsa derivada del impuesto especial a la minería, calles sin pavimentar, centros comunitarios, obras hidráulicas que no llegaron a término o ni siquiera nacieron porque se eliminó esta que era un respiro para los ayuntamientos.
Y es que el llamado “Fondo Minero”, cuyo nombre oficial era Fondo para el Desarrollo Regional Sustentable de Estados y Municipios Mineros, dejó a Sonora, en sus 4 años de operación, un total de 3 mil 600 millones de pesos, distribuidos en 20 municipios con vocación y producción minera.
De no haber sido modificado el destino de este impuesto extraordinario a la industria minera, de acuerdo con la tendencia que el recurso generado mostraba, luego de cuatro ejercicios fiscales más, los ayuntamientos de Sonora habrían recibido, al menos otros 3 mil 600 millones de pesos para obra de infraestructura básica sustentable.
Su origen
El Fondo Minero nació con la Reforma Fiscal de 2013 como un “impuesto especial de 7.5 por ciento sobre la utilidad operativa de las empresas extractoras de metales” y 0.5 adicional cuando la mina sea de oro o plata.
El objetivo era “elevar la calidad de vida de los habitantes en las zonas de extracción minera”. Esto es, se utilizaría para obra pública “con impacto social, ambiental y de desarrollo urbano que sea de beneficio preferentemente colectivo en las regiones donde se lleva a cabo la explotación y obtención de sustancias minerales”.
2014, primer año que operó el cobro del impuesto y la operación del Fondo, comenzó aportando a nivel nacional 2 mil 180 millones de pesos; un año después, en 2015, fueron 2 mil 236 millones; en 2016, se recuperaron 3 mil 339 millones de pesos. Para el siguiente año, 2017, se asignaron para el fondo de nuevo más de 3 mil millones de pesos, casi 11 mil millones de pesos y se estimaba que en 2018 fueran al menos 3 mil millones de pesos más a esa bolsa.
En los primeros tres años, es decir, 2014, 2015 y 2016, se reportaron 2 mil 044 proyectos de inversión física, 80% de ellos fueron solo en cinco estados: Sonora, Chihuahua, Coahuila, Zacatecas, y Durango.
Los recursos fueron en esos ejercicios, distribuidos en 233 municipios. La mitad, es decir, casi 11 mil millones de pesos fueron para los nueve ayuntamientos con mayor producción minera en México y cinco de ellos están en Sonora, que son nombres que ponen en alto al estado con su producción minera a nivel Latinoamérica: Cananea, Caborca, Nacozari de García, Sahuaripa y Álamos.
Con la llegada del gobierno del presidente López Obrador en diciembre de 2018, se anunció la desaparición del Fondo, pero el recurso de ese año ya se había recabado y se debería ejercer el siguiente año. El paquete fiscal de 2019 ya estaba aprobado, por lo que la Ley de Ingresos de 2019 mantenía el ingreso del impuesto especial minero para la bolsa del Fondo, pero tampoco se sabe cuál fue el procedimiento para ejercer ese recurso que ya tenía un destino legal.
El gobierno federal emitió y publicó en el Diario Oficial de la Federación un “ACUERDO por el que se emiten los Lineamientos para la aplicación y administración de los recursos recaudados durante el ejercicio fiscal de 2019, del fideicomiso público de administración y pago denominado Fondo para el Desarrollo de Zonas de Producción Minera”, con lineamientos acordes al decreto de creación del Fondo, pero no se informó nunca que obras entraron en ese año ni en qué municipios.
El destino del impuesto recabado de 2020 en adelante, se conoce menos aún.
En Sonora fueron 20 municipios los beneficiados
A continuación, algunas obras realizadas con este Fondo en diferentes municipios en los 4 ejercicios fiscales durante los que operó:
En Álamos, fue sido destinado a financiar 40 obras prioritarias por un monto de inversión de 102 millones de pesos, entre ellas, la pavimentación de varias calles a base de concreto hidráulico, obras de abasto de agua potable, rehabilitación de caminos rurales y de escuelas, entre otras.
En Altar, recibieron en total 60 millones de pesos del Fondo Minero: pavimentación de calles, obras de infraestructura de agua potable y drenaje, mejoramiento del alumbrado público. En Arivechi, fueron dirigidos a la pavimentación de un tramo de la carretera a Tarachi.
En Banámichi, fueron 14 obras por 39 millones de pesos. En Benjamín Hill, fueron 10 millones de pesos destinados a la pavimentación en concreto hidráulico de una de las vialidades principales, iluminación pública en calles, deportivos y parques.
Caborca con recursos por el orden de los 277 millones de pesos para 30 obras prioritarias en la cabecera municipal y en localidades aledañas que presentan para servicios básicos como ampliación de la red eléctrica y la red de agua potable.
Cananea fue el municipio más beneficiado de Sonora y del país, donde se realizaron 52 obras por el orden de los 865 millones de pesos. A Cananea, le sigue Nacozari de García con 50 proyectos por más de 376 millones de pesos.
En Cucurpe, 78 millones de pesos; La Colorada, 19.5 millones para 11 obras públicas; Magdalena, recibió 14.6 millones de pesos; Rosario, 23 millones de pesos. Sahuaripa, 139 millones de pesos. En Santa Ana, 32 millones en 16 obras; en Santa Cruz, recibieron 57.5 millones en 17 obras; en San Javier, 7 millones de pesos; Soyopa, 14.5 millones de pesos. Villa Pesqueira, 1.6 millones y Trincheras, 352 mil pesos.
En Hermosillo, el recurso fue ejercido por la SIDUR en obras que llamó “de alto impacto”
En Hermosillo, el Fondo Minero se destinó a obras en la zona urbana por el orden de los 392 millones de pesos en esos cuatro años, que se ejecutaron por la Secretaría de Infraestructura y Desarrollo Urbano:
- El cambio de Colector Sanitario Colosio que terminó con los frecuentes socavones que cada temporada de lluvia aparecían en ese sector.
- Modernización y embovedado del hoy bulevar El Chanate.
- La prolongación del bulevar Serna desde el Quiroga hacia el poniente hasta llegar al antes llamado Estadio Sonora;
- La ampliación del bulevar Quiroga, del Juan Bautista de Escalante hacia el norte.
- La rehabilitación del bulevar Ganaderos del Periférico sur a La Sauceda.
También, se reporta que 104 millones de pesos fueron destinados a carreteras y caminos estatales como un tramo de la rúa Hermosillo-Mazatán y dos vialidades en la Comisaría Miguel Alemán.
La construcción de la carretera Nogales – Sáric, en concreto hidráulico se realizó en varias etapas con inversión precisamente de este fondo y se realizó por la Junta de Caminos, hasta que desapareció el Fondo y quedó trunca.
El Fondo Minero era un mecanismo esencialmente de justicia social, para pagar la deuda histórica con estas localidades ricas en su subsuelo, pero carentes de infraestructura.
De acuerdo con las versiones del actual gobierno federal, con la desaparición del Fondo los municipios mineros no quedarían al desamparo, los recursos sí se seguirían aplicando en ellos, pero no como obra pública de beneficio colectivo, sino como proyectos productivos individuales, lo cual incumple con el objeto que le impuso a este Fondo el decreto de creación.
Con posterioridad, se dijo que se aplicaría directamente en la Secretaría de Educación Pública, y después, nada, no se conoce a qué se destina el impuesto que se sigue cobrando, pero no beneficia directamente a las poblaciones de las que parte esa riqueza.
A la fecha, la justificación que se esgrimió para desparecer este Fondo que era una bocanada de aire fresco para los municipios, que fue la corrupción no ha llevado a nadie a la cárcel ni siquiera al juicio público.